29 de noviembre de 2009

Capítulo 13: Encontrar fuerzas en los peores momentos

Sé que a veces puede parecer que las circunstancias nos superan.
Sé que es difícil mantenerse en pie cuando los ataques a tu corazón y tu mente son constantes.
Sé que hay veces en la vida que tienes que tomar muchas decisiones en muy poco tiempo, y que una palabra equivocada puede hacer que todo por lo que has luchado se precipite sin que puedas hacer nada para evitarlo.

¡Pero debes ser fuerte!
Lucha por lo que creas importante hasta tu último aliento, hasta que hayas agotado todos tus recursos.
Pero primero debes saber por qué luchas, debes saber si vale la pena todo lo que estás haciendo y si aquello que quieres conseguir es realmente importante.

Piensa primero, asegúrate primero de que estás luchando por lo que quieres, por lo que deseas... porque sino, todo será en vano. Porque sino cuando lo consigas, cuando tengas el triunfo entre tus manos, sentirás que has perdido el tiempo.

No sé exáctamente a dónde pretendo llegar con esta retahíla de pensamientos inconexos.
Sólo quiero que nadie pierda las fuerzas, aunque tiemblen nuestras piernas ante las tensiones o las lágrimas se derramen incontroladamente por nuestras mejillas.

Fuerza! Ánimo!

Sé que esto no vendrá a cuento, pero no podía irme sin darle las gracias a un gran hombre.
Julio, muchas gracias por pasarte por aquí y concederme el honor de tener un comentario tuyo, tan increíblemente bello y profundo, en mi blog. Gracias =)

Juglaresa

14 de noviembre de 2009

Capítulo 12: En cuestión de sentimientos, todos somos igual

Hoy vuelvo, en parte, al tema del que hablé en el primer capítulo.
Esta vez no lo hago porque haya ocurrido algo en mi entorno que me haya hecho enfadar. Esta vez no lo hago por impotencia.

He oído una canción de Asfalto, de su nuevo disco, Utopía, que habla sobre el parecido entre todas las personas que habitamos este gran planeta.
A pesar de nuestras diferencias económicas, sociales, culturales, sexuales... Formamos parte de un todo.
Pero hay mucha gente que no es capaz de ver esto.
Hay gente que se detiene en el color de piel o el sexo de la otra persona. Otros se echan para atrás al presuponer la religión de una persona o su orientación sexual.
Pero, ¿no ves que es como tú? ¿No ves que respira el mismo aire que tú, que mirais al mismo cielo?
¿No eres capaz de ver que sus ojos lloran las mismas lágrimas que los tuyos y que sus labios dibujan la misma sonrisa que los tuyos al ver jugar a un niño?

Si todos somos iguales por dentro, al menos a grandes rasgos... ¿por qué entonces hay tanta intolerancia?
Los dos amais de la misma manera, a pesar de amar a personas diferentes.
Los dos soñais de la misma manera, aunque sean sueños diferentes.
Los dos os enfureceis cuando no conseguis alcanzar vuestros objetivos.
Pero los dos, también, seguís intentándolo después.
Vuestros hijos tendrán que crecer juntos y vivir en el mismo mundo cuando vosotros ya no estéis.
¿Por qué no les ponéis las cosas un poco más fáciles?




Juglaresa

8 de noviembre de 2009

Capítulo 11: No tendría que ser así

Hoy quiero dejaros una historia cuyos personajes seguramente son reales. Doy las gracias al autor de ésta, sea quien sea, por ser capaz de plasmar la realidad de esta manera.


Marcos nació en una familia de siete hermanos. Su madre tuvo un parto difícil, pero gracias a la ayuda médica, nació sin ninguna tara.
Mosés también tiene siete hermanos. Durante el embarazo, su madre tuvo problemas y él nació con un pulmón oprimido que ahora le impide respirar con normalidad. Mosés nació ayudado por su tía y su abuela, expertas ganaderas.

Marcos disfruta de una alimentación sana y equilibrada. Como verduras, come carne, pescado, hierro, hidratos de carbono...
A Mosés se le cayeron los dientes debido a la desnutrición.

La comida preferida de Marcos es el pollo y el jamón serrano.
Mosés no los ha probado nunca, pero seguro que le gustarían.

Marcos tiene un abrigo de cuadros para los días de frío.
Mosés tiene más suerte, porque en su país casi nunca hace frío y no necesita ropa. Es una suerte doble, porque aunque la necesitara, tampoco la tendría.

Marcos sale de su casa para ir a jugar al parque y dar un paseo.
Mosés siempre está fuera de casa.

Marcos no conoce a su padre y no sabe dónde está.
Mosés tampoco lo conoce, pero sabe que murió en la guerra, aunque no contra quién luchaba.

Marcos no irá nunca al colegio ni aprenderá a leer.
Mosés tampoco.

La esperanza de vida de Marcos es de unos 20 años.
La de Mosés es mayor, pero él quizá no llegue a cumplir los 20.




Marcos es un setter irlandés.
Mosés, un niño africano.


Juglaresa