27 de febrero de 2010

Capítulo 15: Una oportunidad

Me llamo Aisha y tengo 18 años. Hace un año vine de Kenya a través de una red de trata de blancas buscando un futuro para mi hijo. Pero ahora estoy en la cárcel y no sé qué voy a hacer. La estancia en este país que no es el mío, tan extraño para mí, ha sido muy difícil durante este año y ahora que estoy en la cárcel, lo es aún más. Y todo este tiempo sin ver a mi hijo... hace que sea muy duro para mí.

-¿Qué es una trata de blancas?
Es... una especie de negocio que se basa en engañar a las mujeres que queremos venir aquí, diciéndonos que vendremos a España como legales, con los papeles en regla, y una vez que estamos aquí nos quitan los papeles y los supuestos contratos de trabajo que teníamos.

-Entonces, ¿en qué trabajas?
Soy prostituta. O, bueno, almenos lo era antes de que me metieran en la cárcel.

-¿Y por qué estás en la cárcel?
Por ejercer la prostitución.

¿Cuánto dinero ganabas, más o menos?
Hombre, no lo sé exactamente, pero la mayoría del dinero que ganaba se lo tenía que dar a quienes me trajeron aquí. Una pequeña parte me la quedaba a escondidas o me la daban para poder enviársela a mi hijo. Pero comparado con la cantidad que se quedaban ellos... no era casi nada.

-¿Y tú hijo dónde está?
En Kenya.

-¿Cón quién?
Con mi madre. Tiene sólo tres años así que en este tiempo que llevo aquí, se ha estado ocupando de él.

-¿Y el padre?
Bueno, cuando mi hijo tenía un año, mi marido decidió venir a España para buscarle un futuro mejor y mejorar nuestra situación. Decidió cruzar en patera con otros hombres. Pero desde que se fué no he vuelto a saber de él. Tal vez haya...
Pero bueno, yo tengo la esperanza de que siga vivo.


-¿Y a pesar de eso decidiste venir a España?
Si. Allí decían que España era un sitio donde podría solucionar mis problemas y mi marido también lo creía, así que si él lo intentó, yo también quería hacerlo. Quería darle a mi hijo el futuro al que yo no podía acceder y hacer que no tuviera que pasar por la infancia que he pasado yo.

-Pero, de todas formas, la esperanza de vida de allí no es muy alta, ¿no?
No. Mi madre, de hecho, no es mucho mayor que yo y espero que siga viva para cuando pueda volver.

-¿Y muchos niños sobreviven allí?
Algunos sí, los que tienen suerte. Otros muchos acaban muriendo. Por eso quiero cambiar eso para mi hijo, pues las condiciones de vida allí no son muy buenas que digamos.

-¿Dónde vivías? ¿En un poblado?
Sí.

-¿Y en qué trabajabas?
Bueno, en lo que podía. Después de que mi marido se fuera me fui a vivir con mi madre de nuevo y me dedicaba, fundamentalmente, a intentar ayudar económicamente en casa con lo que podía.

-Pero, para venir aquí, has tenido que pagar, ¿verdad?
Sí. Tuve que pagarles una cantidad bastante alta de dinero pues se suponía que al llegar aquí iba a tener los papeles en regla. Pero, claro, lo que yo no sabía era que me iba a encontrar en esta situación y siendo ilegal.


Esta es más o menos la conversación que he mantenido esta tarde con mis compañeros de uno de los grupos de la asociación a la que voy.
El ojetivo era intentar meterme en la piel de Aisha y después de eso buscar una solución a su situación entre todos.
Pido perdón si este texto tiene alguna incoherencia, pero lo he escrito prácticamente de la manera en que se desarrolló la conversación así que si alguien quiere hacer alguna corrección de algo de lo que he dicho que lo deje comentado, pues siempre es bueno corregir los errores.
La verdad es que por un momento me he sentido conectada con el "personaje" (que, en realidad, es la vida que tienen que vivir muchas mujeres pues no tienen otro remedio) y he creído apropiado poner esto aquí para que la gente lea lo que ha tenido que pasar esta chica para buscar un futuro para su hijo.
Ella venía de un lugar en el que la esperanza y las condiciones de vida eran bajísimas. Sabía que seguramente su marido había muerto al intentar llegar a España, el lugar en el que le habían dicho que encontraría una salida a su situación. Llegó a nuestro país, con muchas esperanzas que no tardaron en echar por los suelos, obligándola a prostituirse y amenazándola con asesinar a su hijo si les denunciaba, pues sabían perfectamente dónde vivía.
Seguramente muchas personas de este país sólo la verían como una "negra puta" (y perdón por la expresión, pero seguramente la llamarían de esa manera en lugar de "prostituta"), pero en realidad esa mujer, tan joven, era una madre que había arriesgado su vida y su salud, adentrándose en un país desconocido, engañada, dejando a su hijo en su país, tan pequeño como era, y sin un marido en el que apoyarse ni nadie que la quisiera aquí si no era para un negocio. Y todo ello porque quería trabajar, porque quería que su hijo tuviera una vida mejor de la que había tenido ella.
Si al menos hubiera tenido papeles y un trabajo como los que la prometían (del estilo de chica de la limpieza de algún edificio, pero que ya es más de lo que podía acceder en su país), no habría terminado en la cárcel y habría podido traer a su hijo aquí.

Hay muchas personas sufriendo en el mundo que ven como única solución el venir aquí y nosotros, sin pararnos a pensar en que quieren venir a trabajar, en que tal vez tengan una familia a la que alimentar, les devolvemos a su país sin pensarlo dos veces.
Todos tendríamos que ponernos en la situación de alguno de ellos por un momento y pensar en cómo nos sentiríamos si viviéramos esa situación en nuestro país y lo que haríamos para solucionarlo, a lo mejor de esa manera acabaríamos por aceptar a las personas tal y como son en lugar de prejuzgarlas por su país de procedencia, raza o trabajo.

Por cierto, feliz año atrasado. Espero que este 2010 avancemos más en el largo camino hasta la tolerancia para que se solucionen situaciones como la de Aisha.

Juglaresa

1 comentario:

  1. Todavía me acuerdo de este día, yo también me metí mucho en mi papel y en realidad lo sentí. Cómo si lo hubiera vivido de verdad..

    Me gustaría repetirla aunque sea, para decir que la vida de mi personaje ha cambiado para mejor porque hay que ser muy hijo de puta (perdón por la expresión) de hacer algo así a las personas, confiarle unos papeles para llegar a España y luego quitarle todo..

    Me encantó como lo expresaste =)! sigue así.

    Gómez

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