21 de junio de 2010

Capítulo 22: Mundo roto

Llevo un tiempo oyendo la canción de Macaco "Mundo roto", a la vez que veo el videoclip, y, a medida que pasan los días, le voy encontrando nuevos significados.

Es cierto que este mundo está roto: vivimos en un mundo roto por personas injustas, por personas ciegas de corazón y por personas egoístas tanto en cuestión de dinero como de amor.
No somos capaces de apreciar lo que tenemos cerca sin sentir la necesidad de compararlo con lo que tienen aquellos que tienen más que nosotros. Pero, ¿alquien lo compara con lo que tienen las personas que tienen menos que nosotros?
Esta sociedad materialista y consumista le da más importancia a la cartera de las personas que a su corazón y, ¡no sé dónde esperamos ir a parar con esa manera de pensar..!
Si fuéramos capaces de ser felices con lo necesario para vivir, sin pisotear a nadie en el intento; si fuésesmos capaces de ser felices al sentirnos queridos, al poder vivir un día más en un mundo que (a pesar de estar cada día más contaminado) es un regalo que se nos ha dado; si tuviéramos la capacidad de mirar más allá de nuestras posesiones y nuestra posición dentro de la sociedad... Podríamos ser realmente felices.

El estribillo de esta canción "No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa" nos anima a seguir adelante, a pesar de las dificultades que se nos presenten en un mundo lleno de injusticias como los problemas del Sáhara, de guerras como la que mantienen Palestina e Israel, de dolor, de lágrimas... Un mundo roto.
Pero, aún así, hay niños que aún pueden sonreír. Aún hay niños que deben sonreír y deben poder disfrutar de un futuro en el que las palabras "muerte", "dolor" y "angustia" les resulten lejanas y puedan vivir sin miedo.

¡Quiero reparar este mundo roto! ¡Quiero crear un futuro mejor!



Juglaresa

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho tu entrada, porque tienes
    mucha razón. El mundo en el que vivimos, si esta roto, donde el valor de las personas se
    mide por lo que tiene en su cartera. Y si que este mundo no nos arrevate nuestra sonrisa y nuestras ganas de disfrutar de la vida.

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